Holaaaaaaa! Ya estoy de vuelta, dispuesta a continuar narrando el desarrollo de mi viaje a Japón.
Desayunamos en un Starbucks japonés que había por la estación.
No se como lo hacen estas franquicias, pero el café sabía igual que en Inglaterra! Nunca dejará de sorprenderme...
El viaje en Shinkansen o tren bala fue alucinante. Extremadamente rapido y tranquilo, el tren no se movía nada y la gente no hablaba para no molestar. Había tanto espacio entre las piernas y el asiento de alante que algunas madres se ponían el cochecito con el bebe justo delante.
Justo después de comer, nos recogieron en el autobús y nos llevaron a la ciudad de Nara, la primera capital permanente de Japón, y una de las pocas ciudades que no fue afectada por las bombas. Esta ciudad tambien es famosa por tener un parque lleno de bambis o ciervos domésticados que caminan libremente entre la muchedumbre. En el centro del parque se encuentra el Templo budista Todaiji y su magnífica escultura de buda. Aquí podeis ver algunas fotos:
Para terminar, visitamos el colorido santuario shinto Kasuga Taisha. El interior es famoso por sus muchas linternas, tōrō, de bronce, así como por las de piedra que iluminan el santuario. Dicho santuario, está declarados por la UNESCO como patrimonio Mundial de la Humanidad como parte de los Monumentos históricos de la antigua Nara.
A eso de las 19:00, el autobús nos dejó en el ryokan Goshi Ima, hotel tradicional japonés, cuyas habitaciones dan a un jardín japonés y donde se duerme en futones tendidos sobre un tatami. En este particular ryokan, nos trajeron la cena a la habitación. Una mujer muy agradable nos sirvió una cena casera típica que tenía de todo: sushi, sashimi, tempura, sopa de miso, arroz, dulces japoneses y fruta.
Después de la cena nos invitaron a una ceremonia del té. Para los que no lo sepáis, es una especie de ritual donde se prepara y se sirve te verde a los invitados. Esta ceremonia se lleva efectuando durante siglos, siendo particularmente importante en la epoca de los samuráis. En aquella época, la sociedad japonesa estaba dividida en clases y las personas de diferentes clases tenían una relación de obediencia. Las casas de té, eran los únicos lugares donde los invitados tenían una relación de igualdad entre ellos; no sólo entre ellos sino también con los anfitriones de la casa.
Una curiosidad que también podéis encontrar en el enlace que he agregado, es que para poder ejecutar una ceremonia del té son necesarios muchos años de preparación.
Cuando acabamos de tomar el té, nos explicaron como son las casas tradicionales japonesas mientras dábamos un recorrido por el establecimiento.
Espero que os haya gustado y no dudéis en preguntarme lo que queráis.