Empezamos el día visitando la zona tradicional de Kioto, Gion, justo por donde se encuentra nuestro hotel. Nuestra primera parada fue un Kabuki teatro (foto izda). El kabuki es una forma de teatro japonés tradicional que se caracteriza por su drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados en los actores.
Creo que esto es algo que no había comentado, pero una de las cosas más sorprendentes de Japón para nosotros es que a las japonesas no les gusta que les de el sol, es decir, que desean estar lo más blancas posibles. Todos los productos estéticos que se venden allí están orientados a blanquear la piel. Ya ves, quizas he nacido en el país equivocado porque me he pasado toda la vida escuchando: ¿estas bién? tienes mal color, estás demasiado palida, si es que no vas a la playa... Y luego llegas a este país y todas las chicas desean tener mi color de piel xD!
Al observarlas detenidamente, caimos en la cuenta de que nos había agrandado los ojos. Sí, como leeis, automaticamente te agranda los ojos; yo sabía que les gustaban los ojos grandes pero entre eso y que las máquinas los agranden automaticamente (más o menos como en la foto de arriba) hay un paso... Solo decir que el resultado fue raro y artificial en nuestros ojos occidentales, aunque supongo que en los de ellos se vería mejor, puesto que había muchas adolescentes esperando cola para utilizar estas máquinas y su precio era considerablemente más elevado que las otras recreativas.
La comida la hicimos en un típico restaurante de la zona. Menos mal que el menú tenía fotos de casi todas las comidas, puesto que los camareros tenían un inglés muy básico. Por suerte, en Japón la mayoría de los restaurantes tienen el menú con muchas fotos por lo que con señalarle al camarero lo que quieres es suficiente.
Después de la comida, fuimos a tomar café y tarta (algo bastante típico en Japón creo) a una cafetería/pastelería típica japonesa, donde nos tomamos los típicos helados que salen en Ranma 1/2.
No! no se me ha colado la foto y sí es un restaurante español, de comida gallega creo. Fue tomada de vuelta al hotel, donde nos recogía un taxi con un guía de la compañia del tour para llevarnos a la estación de Kioto. Una vez allí, el guía nos acompaño hasta el mismo andén y se quedo allí asegurándose que nos subíamos al tren.
El viaje de vuelta a Tokio fue mucho más rápido que el de ida, el tren recorrió 450km en sólo dos horas haciendo cuatro paradas! Al llegar a Tokio, como venía siendo habitual, una guía del tour estaba esperándonos en el andén y nos acompaño hasta el taxi al que dio instrucciones de dejarnos en el hotel. Si alguno de vosotros se decide algún día a viajar a Japón y quiere hacer algún circuito, definitivamente les recomiendo hacerlo con Sunrise Tours, puesto que nos trataron fenomenal y mereció la pena.
Espero que os haya gustado y no dudéis en hacerme llegar vuestros comentarios aunque sea de forma anónima.
¡Qué chulas las máquinas recreativas!
ResponderEliminarMe gusta mucho cómo relatas tu maravilloso viaje a Japón,dan ganas de coger la maleta y volar hacia allí.
¡¡maravilloso viaje!!
ResponderEliminarUn viaje muy detallado sobre la vida y costumbre de Japón.¡Me gusta mucho!
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