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16 de octubre de 2010

Viaje a Japón - Día 8 - Tiempo libre por Kioto

Konichi-wa! Hoy relataré nuestras aventuras en nuestro último día en Kioto. Como tuvimos el día libre, decidimos pasarlo con una pareja de recién casados que conocimos en el circuito el día anterior.

Empezamos el día visitando la zona tradicional de Kioto, Gion, justo por donde se encuentra nuestro hotel. Nuestra primera parada fue un Kabuki teatro (foto izda). El kabuki es una forma de teatro japonés tradicional que se caracteriza por su drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados en los actores.



Comenzamos enseñándoles las calles donde vimos las Geishas y por el camino nos encontramos un santuario del que no recuerdo el nombre, era muy curioso. Al igual que en los anteriores santuarios, tuvimos que cambiarnos los zapatos antes de entrar por unos que ellos nos daban. Sin embargo una vez dentro y para visitar la parte del jardín, tuvimos que volver a cambiarnos los zapatos y, además, tenían un servicio de paraguas gratuito cosa no tan común.
















Creo que esto es algo que no había comentado, pero una de las cosas más sorprendentes de Japón para nosotros es que a las japonesas no les gusta que les de el sol, es decir, que desean estar lo más blancas posibles. Todos los productos estéticos que se venden allí están orientados a blanquear la piel. Ya ves, quizas he nacido en el país equivocado porque me he pasado toda la vida escuchando: ¿estas bién? tienes mal color, estás demasiado palida, si es que no vas a la playa... Y luego llegas a este país y todas las chicas desean tener mi color de piel xD!




Una vez salimos del templo y debido a la elevada temperatura, decidimos ir a algún centro comercial a resguardarnos del calor. En un callejón bastante escondido, encontramos de casualidad una especie de mercado cubierto (abajo izquierda) donde había todo tipo de tiendas. Desde las tradicionales que vendían té, teteras, dulces y yukatas hasta franquicias europeas como zara y clark.















Al salir de la zona cubierta, vimos un local con máquinas recreativas muy particulares, llamadas 7iro co. Son máquinas dirigidas especialmente al público femenino y a parejas jovenes donde puedes hacerte test de amistad, personalidad, compatibilidad y fotos. Nosotros nos las arreglamos para hacernos fotos en una de ellas también llamada perfect hair saloon. El proceso fue curioso, primero nos indicó de manera gráfica que nos hiciéramos fotos en diferentes poses. Después nos indico que fueramos a otra zona donde se encontraba una pantalla táctil que nos permitía retocar las fotos y podíamos desde cambiar el color del pelo hasta añadir multitud de corazoncitos, estrellitas en todos los colores, muy muy japonés. Por último, se imprimían dos copias de las fotos.

Al observarlas detenidamente, caimos en la cuenta de que nos había agrandado los ojos. Sí, como leeis, automaticamente te agranda los ojos; yo sabía que les gustaban los ojos grandes pero entre eso y que las máquinas los agranden automaticamente (más o menos como en la foto de arriba) hay un paso... Solo decir que el resultado fue raro y artificial en nuestros ojos occidentales, aunque supongo que en los de ellos se vería mejor, puesto que había muchas adolescentes esperando cola para utilizar estas máquinas y su precio era considerablemente más elevado que las otras recreativas.

La comida la hicimos en un típico restaurante de la zona. Menos mal que el menú tenía fotos de casi todas las comidas, puesto que los camareros tenían un inglés muy básico. Por suerte, en Japón la mayoría de los restaurantes tienen el menú con muchas fotos por lo que con señalarle al camarero lo que quieres es suficiente.


Después de la comida, fuimos a tomar café y tarta (algo bastante típico en Japón creo) a una cafetería/pastelería típica japonesa, donde nos tomamos los típicos helados que salen en Ranma 1/2.








No! no se me ha colado la foto y sí es un restaurante español, de comida gallega creo. Fue tomada de vuelta al hotel, donde nos recogía un taxi con un guía de la compañia del tour para llevarnos a la estación de Kioto. Una vez allí, el guía nos acompaño hasta el mismo andén y se quedo allí asegurándose que nos subíamos al tren.




El viaje de vuelta a Tokio fue mucho más rápido que el de ida, el tren recorrió 450km en sólo dos horas haciendo cuatro paradas! Al llegar a Tokio, como venía siendo habitual, una guía del tour estaba esperándonos en el andén y nos acompaño hasta el taxi al que dio instrucciones de dejarnos en el hotel. Si alguno de vosotros se decide algún día a viajar a Japón y quiere hacer algún circuito, definitivamente les recomiendo hacerlo con Sunrise Tours, puesto que nos trataron fenomenal y mereció la pena.

Espero que os haya gustado y no dudéis en hacerme llegar vuestros comentarios aunque sea de forma anónima.

3 comentarios:

  1. Anónimo9:44 p. m.

    ¡Qué chulas las máquinas recreativas!
    Me gusta mucho cómo relatas tu maravilloso viaje a Japón,dan ganas de coger la maleta y volar hacia allí.

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  2. Anónimo9:50 p. m.

    ¡¡maravilloso viaje!!

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  3. Anónimo9:52 p. m.

    Un viaje muy detallado sobre la vida y costumbre de Japón.¡Me gusta mucho!

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