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27 de septiembre de 2010

Viaje a Japón - Día 6 - Tren bala, Nara, Riokan y ceremonia del té




Holaaaaaaa! Ya estoy de vuelta, dispuesta a continuar narrando el desarrollo de mi viaje a Japón.
A las 8 de la mañana un taxi de la agencia nos recogió en la recepción del hotel para llevarnos a la estación más cercana donde iríamos a Kioto vía Shinkansen (tren bala). Durante el trayecto en el taxi, pude constatar un hecho que ya había leído en varios foros de Internet. Y es que los taxis japoneses están extremadamente limpios, de hecho todos los que vimos llevaban cubre sillones de ganchillo blanco.
Desayunamos en un Starbucks japonés que había por la estación.
No se como lo hacen estas franquicias, pero el café sabía igual que en Inglaterra! Nunca dejará de sorprenderme...

El viaje en Shinkansen o tren bala fue alucinante. Extremadamente rapido y tranquilo, el tren no se movía nada y la gente no hablaba para no molestar. Había tanto espacio entre las piernas y el asiento de alante que algunas madres se ponían el cochecito con el bebe justo delante.
Nada más bajarnos en la estación de Kioto pudimos comprobar que el servicio japones es inigualable. Una chica del tour nos estaba esperando en el mismo andén. Mientras nos iba contando anécdotas sobre Kioto nos guió al restaurante del hotel New Miyako donde tensamos concertada la comida. Debo mencionar que el hotel estaba justo a la salida de la estación, osea que no tenía perdida. La comida fue increíble, una de las mejores de mi estancia allí si algún día vuelvo definitivamente me alojaré en ese hotel. Teníamos un menú concertado consistente en un solomillo de ternera pequeñito junto con un pescado típico japonés frito además de un buffet donde podías servirte todo lo que querías. Maravilloso!

Justo después de comer, nos recogieron en el autobús y nos llevaron a la ciudad de Nara, la primera capital permanente de Japón, y una de las pocas ciudades que no fue afectada por las bombas. Esta ciudad tambien es famosa por tener un parque lleno de bambis o ciervos domésticados que caminan libremente entre la muchedumbre. En el centro del parque se encuentra el Templo budista Todaiji y su magnífica escultura de buda. Aquí podeis ver algunas fotos:









Para terminar, visitamos el colorido santuario shinto Kasuga Taisha. El interior es famoso por sus muchas linternas, tōrō, de bronce, así como por las de piedra que iluminan el santuario. Dicho santuario, está declarados por la UNESCO como patrimonio Mundial de la Humanidad como parte de los Monumentos históricos de la antigua Nara.





A eso de las 19:00, el autobús nos dejó en el ryokan Goshi Ima, hotel tradicional japonés, cuyas habitaciones dan a un jardín japonés y donde se duerme en futones tendidos sobre un tatami. En este particular ryokan, nos trajeron la cena a la habitación. Una mujer muy agradable nos sirvió una cena casera típica que tenía de todo: sushi, sashimi, tempura, sopa de miso, arroz, dulces japoneses y fruta.
















Después de la cena nos invitaron a una ceremonia del té. Para los que no lo sepáis, es una especie de ritual donde se prepara y se sirve te verde a los invitados. Esta ceremonia se lleva efectuando durante siglos, siendo particularmente importante en la epoca de los samuráis. En aquella época, la sociedad japonesa estaba dividida en clases y las personas de diferentes clases tenían una relación de obediencia. Las casas de té, eran los únicos lugares donde los invitados tenían una relación de igualdad entre ellos; no sólo entre ellos sino también con los anfitriones de la casa.


Una curiosidad que también podéis encontrar en el enlace que he agregado, es que para poder ejecutar una ceremonia del té son necesarios muchos años de preparación.
Cuando acabamos de tomar el té, nos explicaron como son las casas tradicionales japonesas mientras dábamos un recorrido por el establecimiento.




Espero que os haya gustado y no dudéis en preguntarme lo que queráis.

17 de septiembre de 2010

Viaje a Japón - Día 5 - Monte Fuji, lago Ashi y Hakone

Aquí comienza la segunda parte del viaje. Un circuito de cuatro días por algunas de las ciudades mas carismáticas de Japón. A las 8 de la mañana después de tomarnos nuestro último buffet en el hotel y despedirnos de nuestra querida suite nos reunimos con el resto del grupo y con la guía del grupo en el hall del hotel. A las 8.15 y como no podía ser menos de los japoneses estabamos todos listos, dispuestos a montarnos en el autobús con rumbo hacia nuestro primer destino, el Monte Fuji.


Por el camino pude tomar algunas fotos de esta altísima montaña a la que los japoneses consideran una diosa tímida que solo muestra su rostro (léase cima) ante otras mujeres bellas. No debía de haber muchas chicas guapas, porque la cima estuvo nublada todo el tiempo xD!





A pesar de que el día estaba despejado, conforme ibamos subiendo el monte con el autobús se iba nublando más e iba bajando la temperatura. El autobús nos subió hasta la quinta estación, localizada a 2300 metros de altura. Para quien no lo sepa este monte, con sus 3.776 metros de altitud es famoso por ser el más alto de Japón. Allí, pudimos ver a muchos alpinistas dispuestos a iniciar su escalada. Nuestra guía nos contó que se tardaba unas 8 horas y que la mayoría de las personas prefieren empezar a subir por la noche para ver el amanecer desde la cima. También nos comento que para ellos es importante escalar la montaña al menos una vez en la vida, por lo visto todo el mundo puede hacerlo con la vestimenta adecuada.



Nos dirigimos a un hotel localizado en la ciudad de Hakone para comer, donde pudimos disfrutar de una variada comida japonesa, que incluía desde sashimi hasta tempura pasando por la sopa de miso y los pickles junto con el típico postre japonés: pseudo-macedonía de kiwi y naranja.



Al acabar de comer, subimos a una montaña famosa por la venta de huevos negros que aseguran aumentan tu vida y por la presencía de humo permanente, causado por la gran cantidad de acido sulfúrico acumulada en la montaña.


Una vez dada la vuelta de rigor, bajamos en teleférico hasta el lago Ashi donde pudimos disfrutar de unas maravillosas vistas a bordo de un crucero.
Mientras nos llevaban al hotel, la guía nos comentó que el hotel estaba localizado al lado del famoso parque acuático de aguas calientes Yunessun. Este parque tenía una zona de aguas termales tradicionales segregada por sexo y otra mixta. En la zona mixta, pudimos disfrutar de los típicos toboganes tipo aquavelis pero a la japonesa (si pinchais en el link podreis verlo mejor). Curiosamente tenían otra zona donde nos bañamos en piscinas de vino, sake, café, te verde, etc.Finalmente, nos dirigimos a las aguas tradicionales, donde en comparación con el onsen de Odaiba, había mucha más variedad de piscinas tanto exteriores como interiores, aunque en éste no te daban yukata. Aquí podéis ver una foto de una de las piscinas exteriores del recinto Mori NO YU.



Salimos de los baños a las 21:00h y para esa hora ya no quedaba ningún restaurante abierto. Afortunadamente dentro del hotel había uno que abriría a las 21:30h y pudimos comer algo allí. No se si he comentado que Japón tiene el horario europeo de comidas es decir, comida ligera entre las 12.30 y las 14h y cena a las 19h. La excepción que confirma la regla es Tokio, con restaurantes abiertos hasta las 4 de la mañana en algunas áreas.

Espero que os haya gustado!

14 de septiembre de 2010

Viaje a Japón - Día 4 - Shibuya, Shinjuku y Harajuku

Hola a todos, hoy quiero hablar de nuestro cuarto día en Japón. Este día constituía el final de nuestra primera parte del viaje y nuestra despedida de la maravillosa suite y el fantástico hotel. Como no podía ser menos, decidimos desayunar a lo grande y probar el típico desayuno japonés. Por lo que pude comprobar, casi todos prefieren desayunar una sopa de miso junto con un cuenco de arroz y algo de pescado. Los más dulzones, disfrutan de un croissant o de un gofre con miel. Les gusta el café y el té, pero sin embargo no toman colacao ni siquiera los niños.

Después de terminar el desayuno en el buffet del hotel, decidimos ir a conocer el oeste de Tokio. En primer lugar, cogimos el metro con dirección a Shibuya, el barrio de moda entre la gente joven donde suelen ir a pasear, de compras y de karaoke. Nuestra primera parada, fue en el centro comercial 109, uno de los más famosos de Japón donde suelen ir a comprar las adolescentes. Una característica es que todas las tiendas de este edificio de 8 plantas con una media de 15 tiendas por planta solo venden ropa de la talla 36 de pantalón y xs de camiseta, lo cual hizo imposible que me comprara nada a pesar de que había ropa muy chula. Se me olvido mencionar que solo venden ropa de chica. El 109 para chicos iba a ser abierto en septiembre si no recuerdo mal.
Cuando acabamos de pasear por el centro, decidimos callejear un poco por la zona. Encontramos una tienda de Zara enorme y decidimos entrar para ver que tipo de ropa tenía. Aunque la ropa era un poco diferente a la que se comercializa en Europa, al menos tenían ropa de diferentes tallas.


Al terminar nos dirigimos a la zona de Harajuku, al norte de Shibuya, una zona donde nos sorprendimos observando las "pintas" de la gente. Pudimos encontrar kogals, gothic-lolitas e incluso un montón de gente disfrazada de samurais haciendo teatro, lucha con espadas, malabares, etc. Decidimos seguir a la gente y llegamos al parque yoyogi uno de los más animados de Tokio donde pudimos seguir observando a diferentes tribus urbanas de jovenes japoneses. Para comer nos dirigimos hacía el primer restuarante con aire acondicionado que encontramos dentro del parque. Allí pudimos disfrutar de pollo katsu con arroz, sopa de miso y ensalada acompañado de agua destilada bien fresquita que los camareros amablemente te servían en cuanto se te vaciaba el vaso.


Después de comer nos dirigimos al templo Meiji Jingu, uno de los más importantes de Tokio, y que se encuentra localizado en el centro del parque. De camino al templo, decidimos visitar sus jardines en los que se encontraba un curioso pozo sumergido, tan curioso era que nos pegamos una cola de una hora. Realmente pensabamos que sería algo fantástico, puesto que sino no habría tantos japoneses en cola a 40 grados. A la derecha del texto podeis ver la foto del pozo y juzgar por vosotros mismos, había japonesas que se arrodillaban ante él y rezaban, supongo que o bien les encantan los pozos o tiene algún significado para ellos que nosotros no alcanzamos a comprender.
Cuando acabamos de contemplar el bendito pozo, nos dirigimos hacía el citado templo sintoísta. Al entrar en estos templos uno debe purificarse en las fuentes temizuya echandose agua en ambas manos y enjuagándose la boca. Estas fuentes se encuentran localizadas unos metros antes de la entrada a los templos. Despues de recorrernos el templo, rellenamos una tablilla Ema cada uno y la colgamos en el árbol sagrado del templo. Para los que no lo sepais Ema son unas pequeñas tablillas donde se suelen escribir deseos.








Salimos del parque con dirección a Shinjuku, esta es la zona con más rascacielos y neones de Tokio, teniendo la estación de tren más transitada del mundo. Nos llamo la atención un edificio de 8 plantas de Taito repleto de recreativas de todo tipo. Había máquinas en las que jugabas con tus magic, simuladores de carreras, machaca botones, arcade, ... Hubo una máquina en concreto que me encantó, tenía una mecanica sencilla en la que tenías que pulsar los botones en el momento oportuno dentro de pequeños minijuegos. Una pena que no le hiciera ninguna foto, si algún día la encuentro en Europa subire su foto al blog.


Para terminar nuestra primera parte del viaje, fuimos a cenar a un restaurante japonés localizado en nuestra area, era muy curioso. Solo había mesas para dos personas y se cenaba al lado de la ventana en pequeñas cabinas, con puertas japonesas donde los camareros solo aparecían cuando pulsabas un pulsador electrónico que había en la mesa. Era muy acogedor y la comida fantástica.

Con esto acaba nuestro emocionante cuarto día en Tokio, el próximo día hablaré de nuestra primer día del circuito por Japón, no os lo perdais!

11 de septiembre de 2010

Viaje a Japón - Día 3 - Odaiba

En nuestro tercer día en Japón, decidimos ir a Odaiba. Se trata de una isla localizada a quince minutos de Tokio a la que se puede llegar en un tren sacado del futuro que cruza el famoso puente japones llamado Rainbow Bridge. En esta isla solo hay lugar para la diversión, esta repleta de centros comerciales, exposiciones de coches, videojuegos, museos y onsens (aguas termales).




Al llegar, lo primero que nos encontramos fue una exhibición de Sony donde podías jugar con el playstation move y a los nuevos juegos adaptados a televiones en 3d como el Gran turismo 5. Raúl intentó jugar pero acabamos aburriéndonos de esperar la cola, de todas formas por lo que pudimos ver las tres dimensiones realmente marcan la diferencia.




Una vez que entramos al primer centro comercial Aqua city, descubrimos una tienda friqui muy chula y no pudimos evitar hacer un poco el tonto.
Acto seguido, y como quien no quiere la cosa entramos en un centro comercial de Sega y en una de sus plantas tenían nada más y nada menos que un parque de atracciones llamado Joypolis, dicen que es el parque de atracciones virtual más grande del mundo. 



Foto nocturna del edificio Joypolis
 
En él, encontramos todo tipo de atracciones, desde montañas rusas hasta un laberinto tipo Prison Break en el que tenias que salir de la carcel. Pero quizás el más curioso era una especie de juego de carreras en el que cada participante se montaba en una cinta de correr, que a su vez estaba conectada con un videojuego y competían entre ellos. Lo más gracioso era observar a la monitora explicando a los contendientes que precalentamiento debían hacer.









Desafortunadamente, no pudimos disfrutar de algunas atracciones debido a que eran viajes virtuales y todas las descripciones de lo que había que hacer eran en japonés. Si algún día volvemos, será sabiendo lo suficiente de japones como para disfrutar de todas las atracciones.

Salimos del centro comercial de Sega y fuimos a uno que estaba un poquito más al sur llamado Venus Fort, este es un centro comercial un tanto original en el que los techos simulan ser el cielo y lo que ves va cambiando dependiendo de la hora (del mismo modo que el gran comedor de Hogwart en Harry Potter).




 


















Allí dentro, encontramos un típico restaurante japonés en el que servían el mejor ramen que he probado en mi vida. Ramen no es más que una sopa de fideos preparados con diferentes caldos según la región de Japón donde se preparen. Como curiosidad, cuando nos toco el turno para entrar al restaurante en lugar de decir solo mi nombre como sería normal en cualquier sitio de España me llamaron Tamara-sama, en nuestro idioma sería como Excelentísima señora doña Tamara algo que me hizo sentir como una persona super importante. De hecho, Raúl se puso muy celoso porque el tambien quería que lo llamaran Raúl-sama. ¡Estos japoneses saben como tratar bien a sus clientes :)!



Ramen
En la puerta del restaurante















Por la tarde decidimos ir al museo de la innovación tecnológica, donde vimos al famoso humanoide Asimo en acción, así como una exposición de Doraimon comparando los inventos futuristas de la serie con cosas que ya se han conseguido parcialmente o en su totalidad como la capa de invisibilidad, nanotecnología o la telepatía. También tenía otras secciones dedicadas a la astronomía, biología muy similar al museo de la ciencia de Londres. Una cosa muy curiosa fue que allí nos dimos cuenta de que a los japoneses les gusta más hacer una cola que a un tonto un lápiz. Hacían colas de 20 personas para probar hasta la actividad más absurda del museo, una pena que no les hiciera ninguna foto para que pudierais verlo. Es todo un fenómeno que merece ser estudiado.

Para terminar nos fuimos a uno de los onsen más famosos de Tokio situado en la misma isla, se llama Monogatari y son las primeras fuentes termales dedicadas a la epoca Edo. Los usuarios deben de vestir un yukata, kimono de verano tradicional japonés, incluido en el precio de la entrada. Lo mejor era que te dejaban elegir diferentes tipos de yukata.



Señor que te daba las yukatas haciendo la reverencia de dar las gracias

Lazo realizado por una japonesa
Yukata de frente



















Una española amablemente nos hizo la foto
Dentro había más de 10 restaurantes con diferentes estilos de comida japonesa, desde noodles, shushi, sashimi hasta tempura e incluso algunos especializados en carne y pescado. Nosotros estabamos completamente llenos del ramen de antes, pero aún así nos sentamos en una mesa típica japonesa de la epoca.


 



 Asi como salas de relajación mixtas y segregadas donde puedes tumbarte en un comodísimo sillón y ver una tele de 11 pulgadas que disponía de más de 6 canales (una pena que todos estuvieran en japonés).
Sala de relajación
 Tambien había un jardín mixto de estilo japonés, en el que hay un estanque que solo te cubre los pies y tiene toda la superficie recubierta de piedras de diferentes formas que te ayudan a mejorar la circulación aunque en el momento pasear por algunas puede ser muy doloroso.
A la entrada del jardín
Raul posando al lado del estanque
Andando por el estanque
 


















 Después de pasear por el estanque y probar la sala de relajación decidimos ir a las aguas termales, lo mejor del parque sin lugar a dudas. En estos baños segregados, tienes que bañarte completamente desnuda y solo puedes cubrirte con una toalla pequeña. Hay baños interiores y exteriores y todos están a una temperatura un tanto elevada, unos 40 grados, son muy agradables y muchísimas chicas japonesas van allí a relajarse. Encontramos dos tipos de termas, las interiores que están recubiertas de madera, y las exteriores que estaban rodeadas con piedrecitas. Algunas piscinas tenían burbujitas, otras eran de agua fría para refrescarte, etc. La verdad es que si te gustan los baños es como estar en el cielo. Antes de bañarte, debes ducharte para entrar completamente limpio al agua (ésta esta naturalmente enriquecida con cloro y sales minerales pero higiene ante todo). Las duchas están justo al lado de las piscinas, te tienes que duchar sentada y te proporcionan champu, suavizante y gel de baño de shiseido. Toda una experiencia. Como conclusión, visitar el onsen fue uno de los mejores momentos del viaje y que recomiendo a todo el mundo que disfrute de un buen baño.

Grupo de gente viendo una actuación

Por cierto, la gente con tatuajes tiene prohibido el acceso a los baños, creo que por motivos higiénicos y porque la mafia japonesa, Yakuza, se caracteriza por llevar tatuajes. Esa prohibición afecta a todos los baños públicos de Japón por lo que pude comprobar.

Y esto fue todo en nuestro tercer día. Saludos!